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Hoy, la Oficina de Washington para América Latina (WOLA) se une a 115 organizaciones e individuos en Venezuela para pedir a la administración Trump que se abstenga de agravar la profunda crisis humanitaria de Venezuela. En una carta abierta al Secretario de Estado Mike Pompeo y al Secretario del Tesoro Steven Mnuchin (también copiado a continuación), los signatarios instan al gobierno de los Estados Unidos a abstenerse de poner fin a las excepciones a las sanciones que actualmente permiten a la petrolera estatal comerciar con petróleo crudo a cambio de diésel.

Esta decisión tendría consecuencias devastadoras para una población que ya sufre una profunda emergencia humanitaria. En Venezuela, el diésel se utiliza principalmente para la generación de energía y el transporte de carga a granel, incluidos alimentos, medicinas y suministros humanitarios. Cortar el acceso al diésel en el país podría empeorar las condiciones de vida de millones de venezolanos dependientes de una cadena de suministro desmoronada.

Los firmantes de la carta, que incluyen a grupos de la sociedad civil venezolana como Acción Solidaria, el Programa Venezolano de Educación y Acción en Derechos Humanos (PROVEA), la Asociación Venezolana de Servicios De Salud Cristiana (AVESSOC), y muchos otros, señalan que tal medida tendría los siguientes impactos:

  • Entre otras cosas, el diésel es utilizado por los generadores eléctricos de respaldo que se emplean en casi todas las clínicas privadas y algunos hospitales públicos en el país, incluyendo los generadores que fueron enviados en algunos de los primeros envíos de ayuda humanitaria por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Con menos diésel, estos centros de salud podían ver sus actividades paralizadas, en medio de una crisis de salud debido a la pandemia COVID-19.
  • En 2018, el 85 por ciento del consumo privado de diésel vehicular en Venezuela se utilizó para el transporte de carga y el 15 por ciento se utilizó para transportar pasajeros. Más del 70 por ciento de la población venezolana depende del transporte público para comprar alimentos y medicinas. Si no hay diésel, la movilidad de las personas con recursos más bajos será la más afectada.
  • Los camiones pesados dependen del diésel para transportar suministros desde puertos y aeropuertos a las ciudades, así como para transportar animales vivos a mataderos industriales. Si no hay diésel, podría haber una parada del transporte de mercancías que afectaría el movimiento de suministros que son esenciales para la supervivencia de millones de familias venezolanas.
  • Las plantas de generación de energía eléctrica en las regiones venezolana de Llanos, Amazonas y Los Andes no tienen acceso a la red estatal de gas natural de la petrolera PDVSA. Si no pueden funcionar con diésel, estas zonas del país dependerán exclusivamente de la energía eléctrica generada en la presa hidroeléctrica de Guri, que produciría una mayor demanda en las líneas de transmisión, lo que resultaría en un mayor racionamiento de la electricidad.

Es importante que la comunidad internacional rechace el autoritarismo y apoye los llamamientos de los venezolanos a unas elecciones libres y justas. Pero la simple verdad es que las restricciones adicionales a las importaciones de combustibles a Venezuela sólo agravarían el sufrimiento del pueblo venezolano, al tiempo que acercaría al país a una transición democrática.

 

Estimado Secretario Pompeo y Secretario Mnuchin:

Nosotros, un grupo de individuos y organizaciones en Venezuela y Estados Unidos, estamos escribiendo en referencia a informes de prensa recientes de que el gobierno de los Estados Unidos está planeando poner fin a las exenciones a las sanciones en las transacciones de combustible con Venezuela ya en octubre de 2020. Si esto es cierto, estamos alarmados por el hecho de que esta nueva medida se dirija a los swaps de diésel con empresas de Europa y Asia, que representan casi el 80 por ciento de los envíos de crudo que salen de Venezuela.

Esta decisión tendría consecuencias devastadoras para la población. En Venezuela, el diésel se utiliza principalmente para la generación de energía y el transporte de carga a granel, incluidos alimentos, medicinas y suministros humanitarios. Cortar el acceso al diésel en el país podría empeorar las condiciones de vida de millones de venezolanos dependientes de esta cadena de suministro. Le pedimos que considere lo siguiente:

  • Entre otras cosas, el diésel es utilizado por los generadores eléctricos de respaldo que trabajan en casi todas las clínicas privadas y algunos hospitales públicos del país, incluidos los generadores que fueron enviados como parte de algunos de los primeros envíos de ayuda humanitaria por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Con menos diésel, estos centros de salud podían ver sus actividades paralizadas, en medio de una crisis de salud debido a la pandemia covid-19.
  • En 2018, el 85% del consumo privado de diésel vehicular en Venezuela se utilizó para el transporte de carga y el 15% se utilizó para transportar pasajeros. Más del 70% de la población venezolana depende del transporte público para comprar alimentos y medicinas. Si no hay diésel, la movilidad de las personas con recursos más bajos será la más afectada.
  • Los camiones pesados dependen del diésel para transportar suministros desde puertos y aeropuertos a las ciudades, así como para transportar animales vivos como cerdos, pollos y ganado a mataderos industriales. Si no hay diésel, podría haber una parada del transporte de mercancías que afectaría el movimiento de suministros que son esenciales para la supervivencia de millones de familias venezolanas.
  • La energía eléctrica en Venezuela hoy en día se genera a partir de fuentes hidroeléctricas y térmicas. Este último proviene en gran medida de gas natural (metano) y combustibles líquidos como el combustible combustible y el diésel. Las plantas de fuel oil en Venezuela han dejado de generar electricidad, por lo que la generación de electricidad por fuentes térmicas en Venezuela depende actualmente exclusivamente del diésel.
  • Las plantas de generación de energía eléctrica en las regiones de Llanos, Amazonas y Los Andes no tienen acceso a la red de gas natural de PDVSA. Si no pueden funcionar con diésel, estas zonas del país dependerán exclusivamente de la energía eléctrica generada en la presa hidroeléctrica de Guri, que produciría una mayor demanda en las líneas de transmisión, lo que resultaría en un mayor racionamiento de la electricidad.
  • Ante un abrupto cierre de la producción, se pondría en riesgo el suministro de gas al sector eléctrico en las centrales eléctricas de Corpoelec en todo el país. Otra zona afectada sería el suministro de gas metano a los consumidores residenciales. Esta medida afectará al gas utilizado por el 7% de los residentes urbanos. Al mismo tiempo, causaría una caída en la producción de gas natural, afectando la producción de propano que se utiliza para cocinar cilindros de gas. Hasta la fecha, la producción local sólo suministra el 25% del mercado. Una mayor caída de la oferta sería aún más grave para la población más vulnerable, que depende de ello para la preparación de alimentos.

Los venezolanos de hoy ya están sufriendo las consecuencias de la caída de la producción de petróleo, así como la escasez de combustible, alimentos y medicinas en Venezuela generada por años de corrupción y mala gestión del régimen de Maduro, que supervisó un desastre económico sin precedentes, incluyendo un colapso en la industria petrolera. Esto ha reducido a su vez la capacidad de refinar los combustibles que en el pasado abastecen al mercado interno.

Una solución a la crisis parece distante. Si bien estas medidas afectan al pueblo de Venezuela, las élites políticas y militares del régimen no parecen verse afectadas por estas amplias sanciones económicas. Por el contrario, Maduro y los que lo rodean parecen estar más arraigados en el poder que antes.

Los venezolanos hoy ya están sufriendo las consecuencias de los esfuerzos explícitos del gobierno de Estados Unidos para limitar el suministro de gasolina al país.

Por supuesto, la disminución de la producción de petróleo, así como la escasez de combustible, alimentos y medicinas en Venezuela, son anteriores a las sanciones estadounidenses. A través de años de corrupción y mala gestión, el régimen de Maduro ha supervisado un desastre económico, incluyendo un colapso en la capacidad de refinación que una vez abasteció al mercado interno. Pero estas condiciones se han visto innegablemente agravadas por el anuncio de sanciones petroleras en enero de 2019, así como por su posterior endurecimiento.

Mientras tanto, una solución a la crisis sigue fuera de la vista, mientras que la élite política y militar del régimen no se ve afectada por estas amplias sanciones económicas. Por el contrario, Maduro y los que lo rodean parecen estar más firmemente arraigados que antes.

A la luz de estas reflexiones, es importante tener en cuenta las recomendaciones de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien ha pedido que se flexibilen las amplias sanciones económicas contra Venezuela para que «se asignen más recursos al tratamiento y prevención de la epidemia». Instamos al gobierno estadounidense a renovar su compromiso con una transición democrática y negociada en Venezuela, así como a apoyar mecanismos que mejoren las condiciones de vida del pueblo venezolano y, por extensión, su capacidad para movilizar y exigir una solución a la crisis. Por esta razón, es necesario seguir otorgando excepciones a las sanciones petroleras que permitan el intercambio de diésel por petróleo crudo, a fin de evitar las graves consecuencias que estas acciones podrían tener en términos de profundización del sufrimiento humano sobre el terreno en medio de una emergencia humanitaria agravada por la pandemia COVID-19.

Signatarios:

Organizaciones

  1. Acción Solidaria
  2. A.C. Radar de los Barrios
  3. AlertaVenezuela
  4. Asociación Venezolana de Servicios de Salud de Orientación Cristiana (AVESSOC)
  5. Caracas Ciudad Plural
  6. Catia Posible
  7. Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (CDH-UCAB)
  8. Centro de Justicia y Paz (CEPAZ)
  9. Centro Gumilla
  10. Civilis Derechos Humanos
  11. Clima21 – Ambiente y Derechos Humanos
  12. Comité de Derechos Humanos de la Guajira
  13. Convive
  14. Frente Ecológico Universitario y Comunitario Cimarrón
  15. Fundación Aguaclara
  16. Fundación de Lucha Contra el Cáncer de Mama (FUNCAMAMA)
  17. Gente de Soluciones, A.C.
  18. Instituto Venezolano de Ingeniería Tecnología y Manufactura
  19. Laboratorio de Paz
  20. Comidas4Hope – Alimentando Esperanza
  21. Monitorear Social A.C.
  22. Movimiento Ciudadano Dale Letra
  23. Observatorio Venezolano de la Salud
  24. Petróleo para Venezuela
  25. Oficina en Washington Para Asuntos Latinoamericanos (WOLA)
  26. Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (PROVEA)
  27. Promoción, Educación y Defensa en Derechos Humanos (PROMEDEHUM)
  28. Pro Venezuela e.V.
  29. Red de Activismo e Investigación por la Convivencia (REACIN)
  30. Red por la Defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución
  31. Orgiónas reunificas
  32. Revista SIC

Individuos

  1. Alessandro Nanino
  2. Alfredo Bizcochea
  3. Alfredo Infante
  4. Ana Caufman
  5. Ana Quilarque Quijada
  6. Anabel Castillo
  7. Armando Contreras Díaz
  8. Bella Petrizzo
  9. Carolina de Oteyza
  10. Celina Carquez
  11. César Augusto Lameda
  12. David Smilde
  13. Deborah Van Berkel
  14. Edgar Alfonzo
  15. Edgar García
  16. Eduardo S Alvarado
  17. Eladio Reyes
  18. Emiliano Terán Mantovani
  19. Ezequiel Aranguren
  20. Feliciano Reyna Ganteaume
  21. Francisco Martínez García
  22. Francisco Morsa Ramos
  23. Francisco Sánchez
  24. Geoffrey Ramsey
  25. Gerardo Alá Poveda
  26. Guillermo Tell Aveledo
  27. Gustavo Guevara
  28. Gustavo Márquez Marín
  29. Indira Urbaneja
  30. Isabel Donís Hernández
  31. Jacqueline Richter
  32. Javier Biardeau
  33. Jeaquelinne Calles
  34. Jesús Chuo Torrealba
  35. Jesús Puerta
  36. Jesús Urbina
  37. Joel R Pantoja Gaerste
  38. Johnny Behrens
  39. José Araujo
  40. José Gómez Febres
  41. Jose M Canudas
  42. José Manuel Roche
  43. Juan Berríos Ortigoza
  44. Keta Stephany
  45. Keymer Ávila
  46. Leonardo Carvajal
  47. Luis Eduardo Gallo
  48. Luis Oliveros
  49. Luisa Pernalete
  50. Luisa Rodríguez Táriba
  51. Magda Miklos
  52. Manfredo González
  53. Mariela Ramírez
  54. Marcos Salazar
  55. María Villegas
  56. Mario Villegas
  57. Marisela Arraga
  58. Marisela Betancourt
  59. Matilde Polanco
  60. Mibelis Acevedo Donís
  61. Miguel Angel Guerra
  62. Moraima Ascanio
  63. Nataly Carvajal
  64. Nelly Gaerste Flores
  65. Nelson Suárez
  66. Pedro Escalante
  67. Rafael G. Curvelo E.
  68. Rafael Simón Jiménez Melean
  69. Ramón Montiel
  70. René Parodi
  71. Ricardo Barreto Muskus
  72. Ricardo Ríos
  73. Richard Fortunato
  74. Rigoberto Lobo
  75. Rodolfo A. Rico
  76. Rodrigo Cabezas Morales
  77. Rubén Pérez Silva
  78. Simón García
  79. Sonia Hecker
  80. Tamara Herrera
  81. Trina Bajo
  82. Verónica Zubillaga
  83. Vicente Brito
  84. Víctor Baptista
  85. Yaya Andueza
  86. Yudelkis Flores
  87. Yván Serra